Si tu objetivo es ser ágil, estas perdido

Aug 18, 2023

La transformación ágil ha ganado un espacio protagónico en el escenario empresarial contemporáneo. Sin embargo, es esencial comprender que "ser ágil" no es el objetivo final de ninguna organización. Es más bien un medio para llegar a un fin, el cual es mejorar la capacidad de las empresas para generar valor y obtener resultados más efectivos y rápidos.

1. ¿Qué significa realmente "ser ágil"?

La agilidad es una filosofía que promueve la adaptabilidad, la rápida respuesta al cambio y la entrega continua de valor a los clientes. No se trata de adoptar una serie de rituales y prácticas mecánicamente, sino de cambiar la mentalidad y la cultura de una organización.

2. El peligro de centrarse en la agilidad

Cuando las empresas deciden embarcarse en la transformación ágil con el único propósito de "ser ágiles", corren el riesgo de perder de vista el panorama general. Scrum, por ejemplo, es solo un marco de trabajo dentro de la agilidad. Implementarlo sin entender el propósito subyacente puede llevar a frustraciones y fallos en la implementación. Recuerda que lo que deseamos es obtener resultados, por medio de Scrum; y no usar Scrum solo por usar Scrum.

3. La generación de valor como norte

El verdadero objetivo de cualquier negocio es generar valor, ya sea para sus accionistas, clientes o la sociedad en general. La agilidad puede ser una herramienta poderosa para lograr esto. Permite a las organizaciones responder más rápidamente a las demandas del mercado, reducir el desperdicio y centrarse en lo que realmente importa para sus clientes.

4. Transformación ágil: Un viaje, no un destino

La implementación de prácticas ágiles no es un proceso que se completa y se deja atrás. Es un viaje de mejora continua. Las empresas deben estar dispuestas a aprender, adaptarse y evolucionar constantemente. Pero siempre con un propósito claro en mente: mejorar su capacidad para generar valor.

5. Medir el éxito más allá de "ser ágil"

Para entender si la transformación ágil está funcionando, las empresas no deben preguntarse simplemente si son "ágiles". Deben examinar si están entregando más valor al cliente, si han mejorado sus tiempos de respuesta y si han optimizado sus recursos. Y dar resultados tangibles.

Conclusión

La agilidad puede ofrecer una ventaja competitiva y ser un facilitador del éxito empresarial, sin embargo no debe ser el objetivo principal. Las empresas deben recordar que la transformación ágil es simplemente un vehículo. El destino final es, y siempre será, la generación de valor. Es vital que los gerentes y líderes empresariales no se cieguen con la idea de "ser ágil" y en su lugar, se concentren en cómo pueden usar la agilidad para alcanzar objetivos más amplios y significativos para su organización

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